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Cierta mañana aquel hombre comienza su aventura y fue a una venta para que le nombren caballero. Una vez recibido el nombramiento, se encuentra con unos mercaderes y pelea hasta caer lastimado. De pronto pasa un vecino suyo por el lugar y es conducido por él hasta su casa.
Otro día fue a ver a un amigo suyo llamado Sancho Panza, a quien le pide hacerle compañía en sus aventuras. Ambos, posteriormente, atraviesan muchas penalidades.
En esas aventuras se demuestra que Don Quijote está loco, especialmente, cuando ataca a unos molinos de viento pensando que son unos grandes gigantes, después a unos frailes que llevan una dama pensando que son unos secuestradores, luego a un rebaño de ovejas pensando que es un inmenso ejército; cuando deja libres a unos galeotes y cuando se pone un yelmo en la cabeza pensando que es un sombrero. etc.
Posteriormente, le pide a Sancho Panza llevar una carta a Dulcinea. Y, Sancho, en la misión de llevar la carta, se encuentra con los amigos de Don Quijote, el barbero y el cura, quienes quieren traerlo de retorno a su casa. De pronto aparece una mujer, quien haciéndose pasar por princesa de algún rey, pide que maten a un gigante. Es entonces cuando es atrapado, enjaulado y llevado hasta la casa de la tal princesa en lugar del gigante.
Paralelamente, otro escritor llamado Allende escribe otra segunda parte falsa del Quijote. Es decir, Don Quijote y Sancho Panza salen de nuevo y esta vez se dirigen el Toboso, a buscar el palacio de Dulcinea, pero no lo encuentran ya que no existe. Desde entonces, Sancho comienza a engañar a su amo como en el caso de algunas labradoras que, incitados por éste, se hacen pasar por Dulcinea, la preferida de Don Quijote.
Entonces un amigo del caballero, llamado el Bachiller Carrasco, quien haciéndose pasar por caballero del Bosque, emprende una búsqueda del Quijote para traerle de retorno a su casa. Luego se arma una lucha entre ambos y Don Quijote sale triunfante.
Más adelante unos duques se ríen de Don Quijote y de Sancho, diciéndoles que una princesa está encantada y para desencantarla tienen que subirse a un caballo volador hecha de madera. Luego, con la finalidad de burlarse de Sancho, le otorgan una isla para que gobernara. La Isla se llamaría Baratearía. Sin embargo, Don Quijote, para ayudar a Sancho, le recomienda no proferir refranes ya que muchos son disparates, que sea limpio entre otras cosas y que no coma ajos ni cebollas.
La primera prueba que Sancho atraviesa es presidir el juicio entre dos personas y luego es conducido al palacio para que se alimente. No obstante, el médico que vela por su salud no le deja comer los platos ya que le pueden hacer daño. Finalmente, para terminar de humillar a Sancho, le dan la noticia de que su isla será atacada. Sin embargo, como Sancho está harto de ser gobernador de aquella isla, decide marcharse del lugar y buscar a su amo Don Quijote de la Mancha.
Una vez encontrado a su amo, los dos, se dirigen a Zaragoza y en el trayecto descansan en una posada y escuchan la noticia de que la gente de la región está leyendo la segunda parte falsa del Quijote escrita por Allende.
A causa de esa noticia, se enfada mucho pues el libro dice que él ya no está enamorado de Dulcinea y que aquel libro que cuenta falsedades sobre Don Quijote está escrito en dialecto aragonés. Entonces toma la decisión de no ir a Zaragoza sino a Barcelona.
Llegado a Barcelona, se encuentra con el caballero de la blanca Luna y le reta a una lucha. Pero, esta vez, Don Quijote es derrotado y es condenado a retirarse del lugar durante un año. En cambio, el caballero de la blanca Luna resulta ser el Bachiller Carrasco, un amigo de Don Quijote, quien quiere llevarle de retorno a su casa. En realidad, se trata del segundo intento de llevar a casa por parte de Carrasco, ya que la primera vez –haciéndose pasar por caballero del bosque– su tarea había quedado truncado por haber perdido la contienda.
Finalmente, Don Quijote llega a su casa y padece de una enfermedad muy grave y reconoce que él estaba loco haciéndose caballero andante. Además emite una soberbia crítica a los libros de caballería. De hecho, decide retornar a lo que fue antes, diciendo: “ahora ya no soy Don Quijote ahora soy Alonso Quejan”. Y allí muere.
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Publicado por: Ohslho
La Paz, 30 de Abril del 2014
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