martes, 27 de mayo de 2014

El Tunel, Resumen por Capítulos

Argumento de la Obra
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El pintor Juan Pablo Castel, hace partícipes a los lectores con un tono existencialista del crimen que cometió. Castel conoce a María Iribarne por quien se obsesiona y mantiene una extraña relación. María está casada con Allende, un hombre ciego, mayor que ella y según sospechas de Juan Pablo, María también mantiene relaciones con Hunter, primo de Allende, que vive en una estancia fuera de Buenos Aires que María visita frecuentemente. Atormentado por sus dudas y por el misterio que envuelve a María, Castel la mata.
Confiesa a Allende sus sospechas de infidelidad que según él lo justifican de haberle dado muerte a su esposa. Allende se suicida y Juan Pablo Castel se entrega a las autoridades.
Resumen General

La obra trata de un tal Juan Pablo Castell, un pintor que escribe su propia historia criminal. El relato empieza con la confesión de que él, es decir, Juan pablo, es el responsable de la muerte de María Iribarne.

Castell, en su juicio, considera que todos los hombres son vanidosos y, en virtud a ello, no le interesa el pensamiento ni la opinión de la gente. Debido a ese tipo razonamiento, decide escribir la historia de su crimen con la esperanza de que al menos una persona pueda comprender sus razones. Sin embargo, se queja de ser incomprendido y que la única persona que podría entenderle sería precisamente la mujer a quien él mismo había matado.

Conoció a María en un salón de pintura donde presentó un cuadro de pintura llamado “Maternidad”. La pintura en cuestión mostraba una mujer que miraba jugar a un niño, pero arriba, a la izquierda, a través de una ventanita, se veía una pequeña y remota escena de una mujer que miraba el mar y que estaba como esperando algo, una escena que sugería soledad absoluta. Nadie se fijaba en esa pequeña escena del cuadro excepto una muchacha que miró fijamente la ventanita. Después desapareció entre la multitud.


Una tarde la vio en la calle, la siguió hasta el edificio de la compañía T, entró en ella y la vio esperar el ascensor. Entonces conversaron y Juan Pablo le preguntó sobre la ventanita, si la recordaba y ella le dijo que la recordaba constantemente; y luego se fue corriendo. Un día que la fue a esperar a la Compañía T, la tomó del brazo y la llevó hasta la plaza San Martín para que conversaran. Allí le dijo que la necesitaba porque sabía que ella pensaba como él. Esa noche hablaron por teléfono; él le dijo que no había dejado de pensar en ella y que la llamaría al día siguiente.

A la mañana siguiente la llamó pero la mentada mujer le dijo que se había ido al campo y que le había dejado una carta. Juan Pablo se dirigió a la casa de ella para buscar la carta, una vez allí habló con un tal señor Allende que era ciego, éste le dijo que era el esposo de María y le pasó la carta que ella le había dejado. Luego le dio la noticia de que María había ido a la estancia de su primo Hunter.

Posteriormente, después que María retornó de la estancia comenzaron a verse continuamente. Juan Pablo la amaba pero sentía que María lo quería como a un hermano, discutían continuamente porque él le hacía muchas preguntas obsesivas acerca de sus antiguas relaciones con otros hombres y de su esposo Allende. En una de sus paranoias discutieron fuertemente y ella se marchó. A la mañana siguiente Juan Pablo la llamó pero ella se había ido a la estancia.

Juan Pablo se dirigió a la estancia para ver a María, fue allí donde se encontró con Hunter quien le presentó a una mujer flaca llamada Mimí. Hunter le explicó que María se había recostado porque se sentía mal. Una vez que llegó María se fueron a la playa y ahí tuvieron una conversación. Juan Pablo sentía que María era falsa, que le ocultaba cosas. Cuando él abandonó la estancia creyó que María lo seguiría pero no fue así. En su casa le escribió una carta a María en donde le decía que no entendía como podía estar con él, con Allende y con Hunter al mismo tiempo. Luego se arrepintió de haberla mandado y fue a buscarla pero en el correo no quisieron devolvérsela.

Entonces Castell llamó a la estancia amenazándola con que si no regresaba ella él se mataría y así acordaron verse al día siguiente. Esa noche Juan Pablo bebió mucho y se acostó con una prostituta, se dio cuenta de que María se asemejaba mucho a ella en sus gestos y llegó a la conclusión de que ésta era también una prostituta. Habían quedado en reunirse en la Recoleta pero aquella mujer no llegó. De modo que él la llamó por teléfono, en la que María se explicó que el señor Hunter la había llamado y ella ya había partido a la estancia.

Posteriormente, Juan Pablo tomó su coche y se dirigió a la estancia. Una vez llegado, se escondió y la esperó. Después de una larguísima espera los vio bajando por la escalinata, iban del brazo y cómo caminaban largamente en el parque. Entonces comenzó la tormenta, con truenos y relámpagos; luego empezaron a caer las primeras gotas. Juan Pablo se trepó hasta la planta alta por la reja de una ventana. Entró en la galería y buscó su dormitorio, empuñó un cuchillo y abrió la puerta.

Cuando se acercó a la cama, ella le preguntó tristemente qué iba a hacer. Él respondió que tenía que matarla por haberlo dejado solo, entonces, con lágrimas en los ojos le propinó el puñal en el pecho. Corrió a Buenos Aires y telefoneó a la casa de Allende diciendo que tenía que verlo. Luego llamó al ciego que venía de la estancia para darle la noticia de que María era la amante de Hunter y que la había matado. Entonces el ciego le increpó diciendo que el hombre no era más que un insensato. Luego fue a la comisaría y se entregó. En los meses de encierro intentó darle explicación a la última palabra del ciego: “Insensato” y el por qué Allende se hubiera suicidado.


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